Visto 2644 veces / 21 nov 2017
Este texto fue originalmente publicado en el blog bienestarconciencia.me, dirigido por la especialista Nicole Fuentes.
La felicidad se nos escurre por varios lugares. Muy seguido nos la roban las dificultades de todos los días. Otras veces la depresión, la ansiedad o problemas crónicos de salud la secuestran. Pero la felicidad también se nos va cuando vivimos de prisa, ejecutando tareas y resolviendo pendientes.
Pasamos por los días sin detenemos a reflexionar sobre los temas importantes y viajamos en piloto automático. Dejamos que nuestros hábitos tomen las riendas, aunque a veces nos conduzcan por caminos que deterioran nuestro bienestar emocional.
Tenemos control sobre muchas cosas que influyen en nuestra felicidad. Aquí te dejo una lista de 10 ideas para que identifiques por dónde podrías estar perdiendo felicidad y qué tipo de parche podrías usar para detener la fuga.
Ya eres feliz pero no te has dado cuenta. Te has puesto a pensar… ¿Qué tal si ya eres suficientemente feliz? Creer que debes ser todavía más feliz –cuando ya te sientes feliz- irónicamente podría hacerte menos feliz. Querer ser un 10 perfecto en la escala de la felicidad siendo un sólido 8 ó 9 puede generar una sensación de falsa carencia e insatisfacción. En ocasiones, el secreto está simplemente en reconocer que, al menos en este periodo de tu vida, eres feliz o ya tienes parte del camino avanzado.
No sabes qué te hace feliz. Con frecuencia usamos moldes prefabricados en lugar de un traje hecho a la medida y creemos que lo que hace feliz a otros nos hará felices a nosotros también. Dedica un momento a reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Qué actividades, personas, lugares, experiencias se traducen en felicidad para ti?, ¿Correr, escuchar música, leer, pintar, cantar, tocar el piano, cocinar, bailar, regar el jardín, caminar con tu perro, escribir, nadar? y ¿Cómo puedes integrarlas a tu rutina diaria? Identifica lo que te gusta y hazlo más seguido.
Ves la vida a través de un lente de escasez. Somos muy buenos para detectar las fallas, lo que no tenemos o no podemos hacer. La gratitud es el antídoto perfecto contra este hábito. Consiste en desarrollar un sentimiento profundo de agradecimiento con la vida. Tiene que ver con notar los pequeños detalles, lo bueno que te pasa, lo que sí tienes, sí puedes hacer y las personas que sí están contigo queriéndote, apoyándote y contribuyendo positivamente en tu vida. La gratitud permite ver la vida a través de un lente de abundancia.
Te comparas con los demás. No importa qué tan buena seas, qué tan bonita tengas tu casa, qué tan importante seas en el trabajo, que tan guapo estés, que tan inteligente seas o qué tan a la moda te vistas… siempre habrá alguien un puntito mejor. No hay como ganar esta competencia en un mundo que incluye a Tom Brady, a la Mujer Maravilla y al Photoshop. Haz un esfuerzo por no caer en el juego de las comparaciones sociales… son tóxicas. Mejor practica la gratitud con respecto a lo que tienes y a quien eres.
Descuidas tus lazos sociales o estás solo. Para ser feliz no hay nada más esencial que nuestros lazos sociales. De fábrica venimos cableados para conectar. Si de pronto te encuentras solo y triste haz un esfuerzo por cambiar tu situación. Busca ambientes sociales donde puedas encontrar personas con tus mismos gustos y valores. Sonríe, conversa y muestra interés, acepta invitaciones, genera oportunidades para socializar. Cuida tu relación con las personas más importantes en tu vida… irónicamente son a quienes más descuidamos poniéndolos en segundo lugar después del trabajo o cualquier otra actividad.
Pasas tiempo con personas poco felices o tóxicas. Las emociones son contagiosas. Nuestro bienestar está fuertemente influenciado por las personas con quienes pasamos más tiempo. Si tus amigos o familiares son una constante fuente de negatividad –quejas sin fin, comentarios ácidos, malas noticias, mal humor, detectores de todo lo que está mal- es momento de reducir tu contacto con ellos y buscar personas más positivas.
No cuidas tu cuerpo. Es el único lugar que tenemos para vivir. Es difícil ser feliz cuando nuestra salud no anda bien o no tenemos la energía para hacer lo que tenemos que hacer. Hacer ejercicio –movernos de manera natural-, comer sano y dormir suficiente es clave para cuidar nuestro bienestar. Además son las herramientas preventivas más baratas y eficientes para tener una vida sana.
No habitas el presente. Las personas más felices viven y disfrutan el momento actual. Pasar mucho tiempo recordando el pasado genera sentimientos de nostalgia y depresión; mientras que pensar constantemente en el futuro produce ansiedad. Haz pausas e involucra tus sentidos para notar lo bonito alrededor. Este momento es el que tienes disponible ahorita.
Caes en la trampa del cuando. ¿Dejas la felicidad para después o para cuando cierta condición se cumpla? Voy a ser feliz cuando me case, cuando tenga vacaciones, voy a ser feliz cuando me promuevan en el trabajo, cuando cambie de carro, cuando mis hijos terminen la carrera. Pensar de esta manera hace que la felicidad nos quede siempre un paso adelante o a la vuelta del la esquina. Tómate unos momentos o unos días para disfrutar las metas que alcanzas, los objetivos que cumples. No postergues la felicidad.
No has encontrado el propósito de tu vida. Las personas más felices pueden articular en una frase corta la razón por la que se levantan cada mañana –sin contar la alarma del despertador-. Cuando no tenemos claro a dónde queremos ir podemos llegar a todos lados. Nuestro propósito de vida está en la intersección de lo que nos apasiona, lo que sabemos hacer, nuestros valores, fortalezas personales y sentido de trascendencia. ¿Qué te inspira?, ¿Qué te da curiosidad?, ¿Qué disfrutas haciendo?, ¿Qué sabes hacer muy bien?, ¿Cómo te gustaría ser recordado?, ¿Qué estarías dispuesto a hacer aún sabiendo que puedes fallar? Dedica tiempo a reflexionar sobre estas preguntas y muy posiblemente tu propósito de vida –si es que no lo tienes claro- empezará a dibujarse.
Circunstancias de vida pueden reducir nuestra felicidad. Pero una parte de nuestra felicidad o falta de ella depende de lo que hacemos y pensamos todos los días.
Si descubriste en esta lista algún rincón por donde a ti se te esté escapando felicidad asegúrate de sellarlo.
Envía flores, globos y regalos a domicilio en cualquier parte de la República Mexicana.
Con cariño,
Andrea de EnviaFlores
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